miércoles, 27 de febrero de 2013

Conferencia de Juan Calatrava



Imperio Romano en el siglo I
El Imperio Romano se basa en una red de ciudades que funcionan de modo autónomo, aunque dependen de la administración de Roma. Cada ciudad se desarrolla gracias a un poderoso sustento agrario y se comunica con las demás ciudades a través de una red de calzadas de piedra.

No podemos entender la ciudad o el urbanismo romano (al igual que cualquier otra sociedad) sin dos elementos inseparables, la construcción/materialidad y el imaginario.
La fundación de una ciudad romana comienza con el inauguratio, un ritual en el cual el augur define cual es el lugar idóneo para la ciudad. Se establece el templum, el territorio donde se ubica y se consagra dicha ciudad. Lo siguiente es la construcción de las puertas, que no sólo deben entenderse como un medio para controlar el tránsito de personas y mercancías, sino tambíén como la forma humana de distinguir entre dentro y fuera, órden y lo salvaje. Esta distinción tiene que ser muy clara, la presencia de los edificios de carácter público como el templo, el foro o el teatro marcan el "dentro", mientras que las murallas delimitan claramente el "fuera". La fundación de una ciudad trae consigo la acuñación de una moneda.
Hay una referencia al imaginario en la fundación de la ciudad que se repite en casi todas las épocas. En el caso de Roma, Rómulo delimitó el límite de la ciudad con un surco en el suelo y juro matar a todo aquel que osara profanarlo; su hermano, que tambíén había elegido su lugar para fundar la ciudad, atravesó enojado el límite, por lo que murió a manos de su hermano. La fundación de una ciudad con sangre es una de las muchas leyendas con las que cuenta el imaginario romano.

Después se trazaban los dos ejes principales que articularían la vida de la ciudad, el Cardo y el Decumano. Entonces se llevaba a cabo la centuriatio, la división del terreno en lotes. En esta época se produce por primera vez la distinción entre lo privado y lo público. Junto con las domus, símbolo de la vida privada doméstica, encontramos los templos, símbolo de la vida política, o los acueductos, símbolo de la vida cívica. Asimismo encontramos los foros, lugar público por antonomasia que formaliza el carácter público de la ciudad y otorga distinción al emperador que lo construye.
En casi todas las ciudades romanas nos encontramos que éstas se asientan sobre preexistencias, es decir, que en la mayoría de los casos las ciudades se crean por conquista de otros pueblos, a los cuales hay que "culturizar" convertirlos al modo de vida romano.

La ciudad de Volubilis contaba (dependiendo de las fuentes) con entre 10.000 y 20.000 habitantes. Situada al norte de África se asienta sobre una ciudad cartaginesa y soporta gran parte del comercio de aceite. A partir del s.I pasa a formar parte del Imperio romano, convirtiéndose en una de las principales ciudades del África romana.
La tipología de ciudad romana debe adaptarse a la preexistencia por lo que el Decumano no es totalmente recto, sino que es quebrado y el Cardo es casi inexistente. La entrada principal se hace por la puerta de Tingis, que a través del Decumano desemboca en el arco conmemorativo de Caracalla que recordaba la nacionalización de todos los habitantes del Imperio Romano.
Decumano con el Arco al fondo






 Los edificios más importantes de la ciudad son el Templo de Saturno, la basílica y el templo capitolino. La basílica era el lugar donde se celebraban los juicios, por lo que era el "hogar del pueblo". Tenía ábsides donde se colocaban figuras, algo que tomó el cristianismo para sus iglesias.


Basílica
Arco de Caracalla
           
Templo Capitolino


Columna protosalomónica
Mosaico de suelo
Conforme más nos alejamos de Roma, las modificaciones de los órdenes clásicos es más acentuada. La gran variedad de lenguaje arquitectónico nos muestra la capacidad de la arquitectura para adaptarse al medio y ofrecer varias respuestas a distintos problemas. Por ejemplo, en Volubilis se han encontrado columnas protosalomónicas, con un dibujo de espiral en el fuste. En esta ciudad encontramos gran variedad de mosaicos, muy diferentes si se tratan de suelo o de pared. La materialidad de la arquitectura se pierde cuando los muros se recubren de mosaicos.




Las autoridades romanas abandonan Volubilis en el año 285. La población intenta mantener el modo de vida romano pero al romperse el acueducto la ciudad tiene que expandirse hacia el río, quedando la parte antigua de la ciudad abandonada. El hallazgo de cadáveres en esta parte de la ciudad confirma este hecho ya que los romanos no enterraban a sus muertos dentro de la ciudad sino fuera.
Hay que entender los restos de las ciudades como una superposición de capas de tiempo, en la que ninguna es más importante que la anterior, ya que cada una se nutre de la anterior y da lugar a unos parámetros de vida únicos. A partir del siglo VIII Volubilis se convierte en ciudad islámica y se elimina el equipamiento público, ya que la sociedad musulmana no distingue entre lo público y lo privado.
La fundación de la ciudad de Fez, cercana a Volubilis, marca el fin de la ciudad.






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